miércoles, 28 de diciembre de 2011

La Guerra del Agua



Jorge Villalba Digalo (*)

(*) correo: 
jorgevillalba007@gmail.com


La Guerra del Agua, buen título para una película futurista. Sin
embargo, días pasados en un barrio atendido por una Junta de
Saneamiento en donde la presión es baja, las autoridades de la
organización no encontraron mejor salida que bloquear el agua a
ciertos sectores del barrio,  para así poder atender aunque sea a una parte. Lo que dio lugar a que el título de película futurista se
adelantase en el tiempo.

En los últimos días la temperatura llegó a 47 grados centígrados en
distintos barrios del área metropolitana y  hubo serios problemas de
abastecimiento de agua por parte de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay. En ese sentido, la opinión pública viene siendo informada en forma recurrente, en cada verano,  acerca de la escasez de agua en distintos barrios, debido a las limitaciones de la aguatera estatal,  afectando a cientos de vecinos y/o  poblaciones con un par de miles de personas.

Si bien este es un tema preocupante, sin embargo, no debemos perder de vista que el gran problema de nuestro país no radica en los problemas que tiene Essap de vez en cuando en materia de provisión. El verdadero  drama está en que existen casi 2 millones de personas que no acceden al agua corriente,  a pesar de que somos uno de los países con mayor cantidad de  agua dulce por persona.

El problema de fondo está en que el Estado paraguayo por falta de
recursos no invierte en agua hace muchos años, y para peor no deja invertir a los empresarios privados que quieren hacerlo.

La falta de inversión del sector privado se deriva de la promulgación
de la ley 1.614 en el año 2.000 prevé la RESTITUCION al Estado en forma  confiscación de todos los bienes muebles e inmuebles de las aguateras, incluyendo la red de cañerías luego de 10 años explotación del servicio. En realidad la palabra RESTITUCION no pasa de ser un eufemismo, ya que  no se puede restituir al Estado algo que nunca fue suyo.
Si el Estado quiere quedarse con los bienes de los aguateros por alguna razón, lo que debe hacer es expropiarlos o confiscarlos pagando las indemnizaciones correspondientes.

La segunda traba importante establecida en la ley hace referencia a la INEMBARGABILIDAD de los activos de las aguateras. Los legisladores tratando de proteger un servicio fundamental para la ciudadanía cometieron un grave error, ya que el sector privado no puede poner en garantía sus activos para obtener créditos bancarios. Estas trabas legales han paralizado por completo las inversiones privadas en los últimos años evitando su expansión y condenando a que los sistemas de agua potable existentes se caigan a pedazos.

Esta es una situación que requiere de un corte definitivo: O el Estado hace las inversiones que se requieren en agua potable crea las condiciones para que el capital privando realice las inversiones que el país demanda. Lo que es inaceptable es que el estado siga de brazos cruzados mirando como las condiciones de vida de miles de compatriotas se agrava por la simple inoperancia de sus gobernantes desatando la guerra del agua.