(Reflexiones del Movimiento Nuevo Perfil a propósito de la próxima asamblea ordinaria del Sindicato de Periodistas del Paraguay)
Hasta no
hace mucho tiempo las asambleas y las elecciones del Sindicato de Periodistas
del Paraguay eran transparentes, democráticas y participativas. La alternancia
en la conducción era casi una norma. La organización era un ejemplo para todas las organizaciones sindicales del país.
Uno sentía hasta cierto orgullo de pertenecer al Sindicato de Periodistas del
Paraguay.
Todo esto se
acabó hace un par de años.
Hoy tenemos al frente del SPP a una burocracia
que lejos está de ser democrática, transparente y que aliente la participación.
A tal punto que la
Comisión Directiva hace más de un año que no se reúne, no
realizó las elecciones de delegados en los medios, no
realizó la asamblea anual informativa que según los estatutos debió
realizarse en junio del año pasado y para colmo ahora llama a asamblea general
ordinaria sin siquiera realizar las invitaciones correspondientes a los
compañeros del diario Ultima Hora y ABC Color!!.
Ni hablar de
actividades sociales, culturales y deportivas que antes se realizaban con
frecuencia por el SPP. Todo esto es hoy solo forma parte parte de los recuerdos. Las puertas del
Sindicato están cerradas para este tipo de actividades.
La cosa no
acaba ahí. Si bien la burocracia no hace NADA por mejorar las condiciones de
vida y laborales de los periodistas y los trabajadores del país, sin embargo,
está dispuesta a TODO para mantenerse al
frente de la organización. Las pruebas están
en las últimas elecciones en donde recurrieron a todo tipo de maniobras
para alzarse con la victoria electoral. Desde la inscripción en el padrón fuera
del plazo electoral hasta no computar los votos de los compañeros de Pedro Juan
Caballero.
El principio fundamental en el que se basa la
democracia, el de una persona un voto, ha
sido bastardeado. En el Sindicato de Periodistas lo que importa es el
dinero. Más dinero, es igual a más
votos. Gana las elecciones el movimiento que más dinero tiene.
Esta es una
de las causas principales que han derivado en la muerte del Sindicato de
Periodistas. La organización cayó presa de un sector que tiene el mismo vicio que
por años han criticado a los partidos políticos.
Los
estatutos sociales permiten que solamente pagando las últimas tres cuotas
sociales uno puede ser elector o elegido autoridad en asamblea. Esto da lugar a una tremenda injusticia, ya
que personas que se han asociado hace apenas tres meses pasan a tener los
mismos derechos que los que hace años son socios del SPP.
Esta
posibilidad alienta la asociación incluso de gente que nada tiene que ver con
el periodismo y además permite el desarrollo de una política de clientelista de
asociación al SPP. Así por ejemplo, hoy tenemos más asociados en Yuty, en el pueblo
de nacimiento del ex secretario general Pedro Benítez, que en todo Alto Paraná.
Como una
buena parte de los socios no tienen descuento automático de sus haberes para el
pago de la cuota social esto da lugar a un atraso de un importante grupo en el pago de
las mismas. Y cada vez que llegan las elecciones, el movimiento que cuenta con
más recursos tiene las de ganar porque puede poner al día masivamente a sus
adherentes.
De esta
forma puede darse que un movimiento que tiene la simpatía de un sector minoritario
de los asociados puede alzarse con la victoria electoral solamente porque maneja más recursos financieros.
Esta
debilidad estatutaria ha sido explotada en forma inescrupulosa por la
burocracia del Movimiento de Unidad y Acción Sindical (MUAS) lo que les permite
seguir atornillados en el poder a pesar de su inoperancia y desprestigio. Y así
seguir disfrutando de las pequeñas ventajas de ser dirigentes del Sindicato de
Periodistas del Paraguay.
Los dirigentes del MUAS están
contentos porque el Sindicato tiene una filial más en el interior y argumentan con eso que la organización crece.
A ellos queremos reiterarles que la fuerza de un sindicato no se mide por
la cantidad de filiales, sino por la influencia que tiene la organización en
las decisiones de las empresas y en las decisiones que toman los
gobiernos.
En ese sentido, el Sindicato de
Periodistas no solamente no influye en absoluto en las decisiones que toman las empresas de comunicación y mucho
menos en las decisiones de los gobiernos de turno, sino que no además existe la
más mínima posibilidad de que así sea, porque el Sindicato de Periodistas es un
sindicato sin debate y consecuentemente sin propuestas políticas, económicas y
sociales.
Es más, es hoy una organización sin vida electoral, de la que se ha
apropiado una burocracia inoperante en defensa de los intereses de los
trabajadores, pero sumamente hábil e inescrupulosa para mantenerse en la
conducción y satisfacer sus necesidades personales.
El Sindicato de Periodistas del Paraguay se ha convertido en una organización dedicada casi en exclusividad a simples comunicados sobre problemas laborales puntuales y alguna que otra medida asistencialista hacia a los adherentes del MUAS. Mientras la precarización de las condiciones laborales en los medios de comunicación avanza y los compañeros pierden derechos conquistados en el marco del contrato colectivo.
Hoy tenemos un Sindicato que es incapaz de influenciar en las decisiones patronales y del gobierno y no aporta absolutamente nada a la discusión de los grandes temas nacionales, pero al mismo tiempo tenemos una conducción que no es nada fácil de doblegar en las urnas debido al manejo clientelista de la organización y a sus prácticas inescrupulosas para mantenerse en la conducción. Esas son las dos caras del Sindicato de Periodistas del Paraguay que lamentablemente hace unos años le dijo adiós a los principios de democracia, transparencia y participación.
MOVIMIENTO NUEVO PERFIL
Asunción, 25 de junio del 2013.-