jueves, 6 de diciembre de 2012

Pinocho Ferreira recurre a falacias en defensa de sojeros


Jorge Villalba Digalo

 El IVA agropecuario terminará pagando el  consumidor, en su mayoría pobre y clase media, mientras que el impuesto a la exportación de soja terminará pagando el empresario sojero.

El Ministro Manuel Ferreira propone  dejar de lado el impuesto a la exportación de soja y que a cambio se implemente el IVA agropecuario. Es decir, que  los sojeros sigan sin pagar impuestos y que la nueva carga para aumentar la recaudación sea trasladada a los más pobres, que de hecho son quienes más  contribuyen con la recaudación fiscal. No hay que olvidar que el sector agropecuario contribuye con apenas del 2,5% en la TOTALIDAD de los ingresos fiscales, mientras participa del 28% del PIB. (Ver enlaces).

Las argumentaciones para oponerse a la implementación del impuesto a la exportación de soja son 1) Que no habrá aumento de las recaudaciones porque disminuirá el área de siembra 2) Que el tributo por ser muy focalizado será recesivo.

Ambas afirmaciones no pasan de ser un sofisma.

El rinde promedio de la soja es de 2, 8 toneladas por hectárea en los últimos años. El precio actual de la soja ronda los 520 dólares por tonelada, por lo que el ingreso bruto de la actividad se puede estimar en 1.400 dólares por cada hectárea.  El costo de producción por hectárea de soja es de solamente 500 dólares, por lo que la utilidad líquida que se obtiene por cada hectárea sembrada es de nada menos que 900 dólares.

En consecuencia, si tenemos que cada hectárea de soja rinde líquido alrededor de 900 dólares por hectárea de aplicarse la tasa máxima prevista del 10%, el empresario de la soja tendrá que destinar,  de su ganancia,  al impuesto  nada  más que 140 dólares  por cada hectárea sembrada.

De esta manera le quedará líquido, luego de pagar incluso el nuevo impuesto,  760 dólares por cada hectárea producida, lo que equivale a una rentabilidad del 54% sobre la facturación bruta!.

Nada rinde como la soja. La prueba está en que de las 3,2 millones de hectáreas dedicadas a la agricultura 2,8 millones son de soja. De hecho en la Argentina, con impuestos internos y costos de producción más elevados la soja paga 35% sobre el precio de venta al mercado externo y en los últimos años el cultivo de la soja sigue creciendo.

La afirmación del ministro Ferreira de que no va aumentar la recaudación porque disminuirá la siembra no resiste el menor análisis. Es una expresión hueca, que no tiene ningún fundamento.

Es más, incluso disminuyendo el área de siembra, lo que muy improbable, aumentará la recaudación, ya que se trata de un nuevo impuesto a un sector con gran capacidad contributiva que paradójicamente es uno de los que menos viene contribuyendo al fisco. El impuesto a la exportación de soja es fácil de controlar, de bajo costo y altamente recaudador. Bastara con controlar a una decena de transnacionales para obtener casi el 100% de su potencial recaudador.

En cuanto a que el impuesto por ser muy focalizado será recesivo, esta es otra expresión que no ha sido fundada por el ministro Ferreira. En realidad, la propuesta de la aplicación del IVA agropecuario es la receta recesiva, se sacarán recursos fundamentalmente de los sectores pobres y medios de la población, quienes destinan la totalidad de sus ingresos al consumo dinamizando la demanda interna.

 Mientras que el impuesto a la soja recaerá sobre unos pocos empresarios, no hay que olvidar que 5.000 productores de soja  concentran casi el 90% de la riqueza producida por el sector, conforme al Censo Agropecuario Nacional del 2008. Los empresarios no van a disminuir su consumo como consecuencia del impuesto, por lo que no habrá ningún efecto recesivo y tampoco disminuirán sus inversiones en una actividad que aún con el impuesto seguirá siendo una de las más rentables de todas.

Ferreira ha sido siempre funcional a los intereses sojeros y hasta su llegada a Hacienda era parte de Desarrollo en Democracia, una organización financiada por la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas. No hay que hay que olvidar que el ministro Ferreira en su momento ha recurrido a falsear información sobre la cantidad de fósforo en las tierras argentinas y la productividad sojera del vecino país, para decir que allá era sostenible el impuesto pero aquí no.

Además, en su momento admitió cajonear datos oficiales de la contribución fiscal del sector agropecuario y defendió sus  estimaciones de escritorio afirmando que el sector agropecuario es el que más impuestos paga. Y ni siquiera se puso colorado. El ministro Ferreira no merece la confianza de la ciudadanía, no por defender los intereses sojeros, sino porque lo hace recurriendo a la mentira. Los que se fijan bien en Ferreira hasta pueden notar claramente que le crece la nariz.

 ENLACES.

IRRISORIO APORTE FISCAL.
MAS INDIGENTES.
INMOBILIARIO PAGADO ES MENOS QUE UNA GASEOSA.
STIGLITZ RECOMIENDA GRAVAR LA SOJA Y LA CARNE.
NICANOR REGALA 200 MILLONES DE DOLARES A SOJEROS Y GANADEROS, DE LOS CUALES160 MILLONES DE DOLARES ERAN PARA REFORMA AGRARIA.